Autoridades de salud de Dinamarca, Noruega e Islandia suspendieron el jueves el uso de la vacuna contra el COVID-19 producida por AstraZeneca tras informes de la formación de coágulos de sangre en personas inoculadas.
Más temprano, Austria dejó de usar un lote de vacunas de AstraZeneca mientras se investiga una muerte por trastornos de la coagulación y una enfermedad por una embolia pulmonar.
Sin embargo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) afirmó que los beneficios de la vacuna superan sus riesgos y puede seguir siendo administrada
Europa enfrenta problemas para acelerar el despliegue de las vacunas tras retrasos en las entregas de Pfizer y AstraZeneca, incluso cuando un aumento de los casos ante variantes más contagiosas del virus ha generado nuevas cuarentenas en países como Italia y Francia.
Dinamarca suspendió el uso de la vacuna por dos semanas después de que una mujer de 60 años, que recibió una inyección de AstraZeneca del mismo lote de vacunas utilizado en Austria, formó un coágulo de sangre y falleció, dijeron las autoridades sanitarias danesas.
La respuesta también fue generada por reportes sobre “posibles efectos secundarios graves” desde otros países europeos.
“Actualmente no es posible concluir si hay un vínculo. Actuamos de manera anticipada, es necesario investigarlo a fondo”, dijo el ministro de Salud, Magnus Heunicke, en Twitter. La vacuna se suspenderá durante 14 días en el país.
“Es una decisión por precaución”, afirmó en una conferencia de prensa Geir Bukholm, director de prevención y control de infecciones del Instituto Noruego de Salud Pública (FHI).
La EMA aseguró el miércoles que hasta ahora no hay pruebas que relacionen a AstraZeneca con los dos casos de Austria.